lunes, 24 de noviembre de 2008

El Eternauta, una obra para recordar


El Eternauta es una obra cumbre de Germán Oesterheld, quien supo en ella combinar la invasión extraterrestre, la resistencia y la desaparición final en el tiempo. Este argumento se sostiene en Buenos Aires en 1963, donde cae una nevada mortal, gigantesca e inesperada. Juan Salvo y su familia se convierten en protagonistas, quienes logran sobrevivir en una casa hermética.
En esta obra convergen tres líneas de interés: la situación de Robinson, la invasión extraterrestre y un héroe que va y viene en el tiempo y es inmortal. Si bien esta última concepción da nombre a la serie y al personaje no es el hilo principal del relato, sino un mecanismo que lo posibilita. El eje reside en la oposición entre Robinson y el hecho de la invasión.
En la edición de 1957 lo relevante es el aislamiento en una casa que sirve de fortaleza, donde debe sobrevivir aplicando la ley de la selva. Dentro de esa casa los personajes son muestra de una pequeña burguesía argentina, un grupo heterogéneo compuesto por inmigrantes. El protagonista del grupo se va formando y se define frente a una situación límite.
Es así que el interés está dado por la ubicación de la historia en un ambiente porteño con circunstancias extraordinarias, hombres comunes que pueden ser héroes y lo son, y la acción del grupo. El enemigo no se muestra, es un fantasma sin rostro, sólo se ven sus actos, no tiene identidad, son sólo “ellos”. Representan el odio cósmico, la maldad sin razón ni motivo, y son insaciables destructores. Ese enemigo sin rostro es otro absoluto respecto de un nosotros, el enemigo aterra en tanto se lo desconozca. La construcción de un “nosotros” se va produciendo a medida que se toma conciencia del enemigo, quien es el “otro”. De un lado están los Ellos, el odio, y del otro lado la humanidad. Al tomar conciencia del enemigo se construye la figura del “nosotros”.
A partir de ese “nosotros” se van produciendo cambios de posición frente a las variantes del enemigo. Oesterheld, en sus historietas, indaga en el rostro de otro, que no desplaza y cambia mil veces de máscaras, basándose en una actitud ideológica que define su producción. Además, configura un relato obsesionado por un centro variable al que no se puede acceder, que se desplaza y que no está en ningún lado. Referencia política a una clase social que ha perdido el poder y que no puede controlar los sucesos.
En el primer Eternauta, el autor organiza la resistencia desde una pluralidad de clases, con protagonismo de la clase obrera, esperando la ayuda de grandes potencias. En la continuación, los norteamericanos son aún aliados de Salvo (invasión, Guerra Fría). Los Ellos tienen ahora un enemigo extraterrestre.
En la versión de 1969 hay un pequeño cambio en la visión del enemigo. Las grandes potencian negocian la paz con los Ellos a cambio del control de Sudamérica, ahora poseen rostro, se objetivan, pasa a ser un extranjero. El “nosotros” también cambia, ya que Buenos Aires está mostrada de una forma siniestra, resulta extraña, todo expresa por igual la invasión.
En el Eternauta II, la historieta se transforma en una historia, se sitúa 200 años en el futuro y representa el compromiso militante del autor. El enemigo se ubica en El fuerte, queda solo un Ello que no representa ningún misterio, representante de los restos de la invasión. El “nosotros” cambia profundamente, se divide en el héroe de las Cuevas y el héroe individual. El héroe ya no es un grupo, es individual, se diferencia, posee una ética distinta a las del hombre común, es hombre de acción, revolucionario. Es aquí cuando se parece a las historietas de superhéroes.

La parodia policial en las manos de Borges y Bioy Casares

Si bien Borges y Bioy Casares trabajan con múltiples transgresiones sobre el policial en Seis problemas para don Isidro Parodi, estas no logran afectar las leyes ni las configuraciones mayores de este género.
Isidro Parodi es el protagonista, un peluquero devenido en detective, que se encuentra encerrado en la penitenciaría nacional a causa de un crimen que no cometió. Con el paso del tiempo este hombre ha logrado mostrar su virtud más sobresaliente: la paciencia. Una paciencia que exhibe cada vez que se predispone a escuchar las seis historias de sus visitantes.
Ante esta configuración narrativa aparece en escena la parodia, un género burlesco que se sirve de expresiones e ideas de otra obra, en este caso la literatura policial. Si bien en los relatos se respetan las estrategias de revelación y ocultación dictadas por las normas, todos los datos se encuentran a disposición del lector pero presentados de forma en que se demore el acceso a la respuesta, en complemento con la figura del detective quien es el encargado de presentar la solución de los casos. Bajo este rol se puede decir que Parodi es un detective de escritorio, cuyo despacho aparece ridiculizado en la celda que habita. Si bien todos estos elementos se hacen presentes en los relatos, el eje de atención está centrado en el lenguaje altamente parodizado, que crea la oralidad argentina de los años 40.
La narrativa atraviesa un universo de voces que cuentan historias, cada una con su propio tono y desde un punto de vista propio. Los personajes son discursos y modos de hablar que entran en conflicto, que a la vez se interrumpen y superponen. Ante esta situación, Parodi es la única voz que pone un orden al caos verbal de las historias.
El protagonista se configura como un hombre solitario, con una vasta experiencia de vida que lo ha llevado a descreer de la verdad, de la Ley, de la Justicia, de las instituciones. Bajo esta concepción, el relato ofrece pasajes en los que se percibe el papel ridículo de la policía que se manifiesta en el desprecio que manifiesta el detective por esta institución.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Blade Runner: autómatas en el mundo del cine


El film Blade Runner aborda en la trama de su argumento dos géneros de la literatura de Masas: la ciencia ficción y el policial de enigma.
La historia se contextualiza a principios del siglo XXI (Los Ángeles 2019), cuando la Corporación Tyrell crea a los robots réplicos Nexus 6. Estos eran superiores en fuerza y agilidad respecto del hombre y eran símiles a los humanos. Los réplicos eran esclavos en el espacio y tras un motín en una colonia espacial se les prohibió que habitaran el planeta Tierra, quienes al ser encontrados serían condenados bajo pena de muerte. La misión, llamada “retiro” (asesinato) estaba a cargo de policías que trabajaban en unidades de Blade Runner.
El novum de la película se ve representado en la creación de los réplicos, quienes tenían semejanzas con las personas. El relato cognoscitivo (postulados científicos) está basado en un test de inteligencia que permitía diferenciar a estos seres de aquellos que eran naturalmente humanos. En base a una serie de preguntas y a un examen exhaustivo en los ojos, se podían observar diversas alteraciones que se iban generando. Por ejemplo: fluctuación de la pupila, dilatación involuntaria del iris, como así también la extensión capilar.
Además, la lógica científica se ve demostrada en la justificación que realiza Eldon Tyrell cuando le dice a Roy por qué no se les podía otorgar una mayor longevidad, quien argumenta que alterar la evolución de un sistema orgánico sería altamente riesgoso. No puede modificarse una secuencia codificadora establecida, porque al segundo día de incubación las células que hayan sufrido mutaciones de reversión producirían colonias revertientes. El sulfonato de metano etílico es un poderoso mutágeno que produjo un virus letal. El ADN se altera y en consecuencia produce otro virus.
El enigma del film (género policial) se basa en la misión que tienen los Blade Runners como detectives, ya que mediante el proceso científico mencionado precedentemente deben encontrar a los réplicos que están en la Tierra.
En el caso de la película, el laboratorio no era un lugar oculto, sino que funcionaba a modo de fábrica, pudiendo tener semejanzas con aquella que se presentaba en el cuento de Horacio Quiroga Horacio Kalibang o los autómatas. La sociedad tenía conocimiento de la producción que se llevaba a cabo.
Por otro lado, la presentación que se hace en el film sobre la ciencia tiene relación con la que postulaba en sus cuentos Leopoldo Lugones, ya que este autor la veía como una herramienta amenazante propia de la modernidad. En Blade Runner, la ciencia atenta contra el orden natural de la vida, de modo tal que hasta el propio creador (ingeniero Eldon Tyrell) termina siendo asesinado por un réplico, es decir, por uno de los seres (Roy) que él mismo fabricó. De este modo se demuestra que la ciencia no puede ser controlada.
Ver Fragmento de la película

Los autómatas de Holmberg

La ciencia ficción en la Argentina proviene de la mano de Eduardo Holmberg (1852-1937). Cuando el autor escribió en Buenos Aires Horacio Kálibang o los autómatas en el año 1879, existía la dificultad de ambientar el cuento en nuestro país a raíz de una limitación tecnológica y debido a ello Homlberg decidió situar el cuento en Alemania, ya que no podría haber sido justificado en la Argentina.
El autor de la obra, influenciado por las ideas positivistas, revela en este relato una posición ambivalente respecto de los resultados del progreso en la sociedad.
En esta narrativa, en primer lugar aparece Horacio Kalibang, quien es un autómata con características llamativas que puede vencer la ley de la gravedad: rasgos extraños en su rostro parecido a una máscara, conducta y ejercicios no humanos.
Oscar Baun, dueño de la fábrica, ha perfeccionado su invención y una nueva generación de muñecos dotados de movilidad que simulan a los seres humanos con mucha perfección, pudiendo reemplazarlos sin que alguien advierta la suplantación. Este novum se parece cada vez más a un ser humano, como corolario del perfeccionamiento tecnológico. Los movimientos de estos son iguales a los del hombre, no es más que una representación, es decir, que presentan algo en lugar de lo que ya está presentado y que a su vez lo duplica.
Por último, este avance científico desencadena en la obra de Holmberg en una mezcla de autómatas con las personas, lo que sin duda complejiza y pone en el centro de la escena al cuestionamiento y rol de la ciencia. Es en este pasaje del cuento donde se presenta una crisis y tensión, ya que antes era posible diferenciarlos de los hombres porque, si bien convivían en una sociedad, se encontraban en otros sectores con cualidades propias que garantizaban esa diferenciación. Los androides pasan a ser parte del seno social en plena convivencia con los humanos, surgiendo así el problema de su identificación. Ante el proceso evolutivo de los autómatas, la gran incógnita es saber quién es quién.
Aquello que primero aparecía como un experimento que funcionó, luego se perfeccionó con un cerebro artificial símil humanos. A tal progreso llega la industrialización para desencadenar en el enjuiciamiento de la ciencia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La ficción de masas según Rest

Jaime Rest (1927-1979) fue un escritor que aportó aspectos significativos al mundo literario, pero específicamente al género de masas. Su principal punto de atracción fue la ciencia ficción y la trama policial, sobre las cuales indagó para fortalecer y acrecentar la imaginación de un lector atrapado entre la racionalidad y la ficción.
Según Rest, la ciencia ficción y el policial de enigma son géneros que se sustentan a través de una lógica cognoscitiva, es decir, que en todo relato se debe presentar un novum como elemento sine qua non mediante el respaldo de una base científica imaginaria, habida cuenta que el hombre ingresa a un mundo en donde deja de tener vigencia el orden cotidiano.
En el policial de enigma debe existir un puente dialéctico entre el misterio y la habilidad racional del investigador, capaz de encontrar la solución verosímil articulada sobre datos de la narración. Tal es así que una buena historia de este género deberá exhibir la precisión lógica que conduzca a un desenlace creíble.
Para el escritor, la amenaza de lo desconocido se conjura mediante un método racional que se analiza bajo dos lineamientos: es método y es racional.
Tal es el caso de la Bolsa de Huesos (policial de enigma) de Eduardo Holmberg, quien presenta un misterio para develar que se sustenta en la aparición de dos esqueletos, los cuales tienen características similares y que se encuentran fuera del lugar social. A raíz de ello, el novum cobra otra significación a la que el médico (investigador) comienza a estudiar a través del método de racionalización deductiva denominado frenología.
Por otro lado, en Horacio Kalibang o los Autómatas (ciencia ficción) Holmberg describe un relato en el que se hace presente un proceso cognoscitivo que conlleva al perfeccionamiento de los androides, fruto del avance y progreso de la ciencia. En primera instancia, estos son muñecos que luego se producen en una fábrica, cuyos moldes surgen en función de semejanzas con el hombre. Por último, los autómatas pasan a ser parte de la sociedad, en la que el ser humano y la representación del mismo son indistintos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Recorriendo la web

El nacimiento de otro mundo imaginario posible: la literatura de masas

A través del presente texto nos introduciremos en los albores de la literatura de masas bajo un desarrollo sintético, cuyos géneros supieron cautivar aquella sociedad europea del siglo XVIII y XIX.
Es así como, en primera instancia, según Walter Benjamin el género policial se asocia con la preocupación que tenía la sociedad burguesa en cuanto a la inseguridad, a raíz de la conformación de las grandes urbes que surgieron a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La masificación hacía casi imposible que la gente pudiese mantener un buen modo de vivir, en un ámbito en donde cada uno se iba conformando como un individuo desconocido por todos los demás, anónimo y despersonalizado.
Comienzan a entretejerse lazos entre la realidad y los mundos posibles de la imaginación que conllevan a que la historia detectivesca coopere en la fantasmagoría de la vida parisina. Tal es así que estas narraciones aparecen por primera vez en Francia al traducirse los cuentos de Alan Poe, como por ejemplo Los Crímenes de la calle Morgue y La carta robada, cuyos resultados aportaron al conocimiento de Baudelaire, quien a partir de estos textos terminó por adoptar a dicho género.
Según Antonio Gramsci “el transito de una novela de este tipo a las de mera aventura viene marcado por un proceso de esquematización de la intriga como tal. Se está en presencia de historias que dan cuenta de la lucha entre la delincuencia profesional y especializada contra las fuerzas del orden legal”.
Asimismo, este arquetipo se ve reflejado en Sherlock Holmes con sus rasgos fundamentales: aspectos científicos y psicológicos. Esto permite conjeturar que la increíble difusión de la novela policíaca en todos los niveles de la sociedad surge como una manifestación de rebeldía contra la mecanización y la standarización de la vida moderna, una forma de evadirse de la rutina cotidiana.
Esta atención europea sobre la literatura del siglo XVIII se sustentó bajo un reconocimiento de lo irracional, lo que se tradujo en la muestra del misterio y el horror, que se consolidó con la novela gótica inglesa. Este postulado entró en conflicto con el secularismo y la racionalidad que había caracterizado al pensamiento moderno y es por ello que se indagó sobre una solución dialéctica capaz de explicarlo.
Fue así que en este contexto surgió el género fantástico, el que pretendió canalizar la oposición entre lo natural y lo sobrenatural, pero con la característica de que lo insólito se mostraba únicamente de soslayo.
Con el avance de estos géneros y con el desarrollo de la vida moderna, comenzó a incorporarse la ciencia ficción como otra forma narrativa en la literatura. Esta ficcionalización emergió como un subproducto del avance tecnológico de la Modernidad.
Así como en la novela detectivesca el factor desencadenante fue la organización oficial de los cuerpos de vigilancia y seguridad, y el desarrollo de los métodos científicos para la investigación criminal, en la ficción lo sobrenatural recibe el respaldo de una base científica imaginaria, es decir, que el hombre ingresa a un ámbito en donde deja de tener vigencia el orden de lo cotidiano.
En consecuencia con este criterio, Darko Suvin postula que “en la ciencia ficción prevalece la hegemonía narrativa de un Novum (hecho novedoso) validado mediante la lógica cognoscitiva; hay un eje teórico”. Sin embargo, también se presenta otra exigencia ineludible dentro de este género: la resolución debe ser verosímil en plena coherencia con los datos que la narración ha ido desarrollando.

Referentes de los géneros de masas en la literatura argentina

Eduardo Holmberg (1852-1937) fue el autor del primer cuento policial que se publicó en Argentina: La bolsa de Huesos, cuya primera modalidad fue presentada en series. Asimismo, este hombre también fue el creador de Horacio Kalibang o los autómatas, otro referente de la narrativa de ciencia ficción.
Leopoldo Lugones en Yzur y El Psychon da cuenta de cómo el hecho de ir en contra del orden de la naturaleza castiga al científico, lo cual conlleva a la intransferibilidad de los resultados de los experimentos, siendo estos fenómenos incapaces de ser repetidos.
El hombre artificial (1910) de Horacio Quiroga es un cuento de la literatura fantástica, en el que hay un conjunto de tópicos que se entraman y una narración discursiva como modo concreto.
Seis problemas para don Isidro Parodi son seis cuentos que fueron creados por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, en los cuales se presenta a la parodia como un recurso aplicable al género policial. Este último también fue autor de otro referente del género fantástico, como es la La Invención de Morel.
A partir de la década del ´50 se consolida en la Argentina otro género literario que desde la gráfica verbo-icónica había comenzado a manifestarse en las primeras décadas del siglo XX y que con el paso del tiempo fue adquiriendo una relevancia masiva: la historieta.
Fue a mitad del siglo cuando Héctor Oesterheld abrió un camino importante para este nuevo género, con su obra cúlmine conocida como El Eternauta. Asimismo, en cuanto al argumento Juan Sasturain sostiene:”La aventura no es un género narrativo sino un elemento estructural en todo el relato, una categoría horizontal que atraviesa las diferentes formas de la narrativa, de la literatura al cine, y la historieta o la televisión”.
Por otra parte, los años sesenta trajeron otra suerte de ícono para la literatura argentina. En las manos de Quino se creó el personaje de Mafalda, obra de gran trayectoria que ha recorrido el mundo y que ha traspasado todos los límites generacionales.